Viernes, Diciembre 28, 2018
La magia de la Navidad en el mundo
Es la época más mágica del año. Durante unas semanas gran parte del mundo se impregna de la ilusión de la Navidad. La gente está más feliz, el valor de la familia recobra protagonismo, y aceptamos con mayor agrado el tiempo frío que se nos avecina.
En muchos rincones del mundo comienzan las típicas tradiciones navideñas propias del lugar. Entre otras, los variados “Santa Claus” realizan su mágica aparición para llenar de asombro e ilusión a los más pequeños.
En San Sebastián, sede de Lander, y en el conjunto del País Vasco, se celebra el “Olentzero”.
Existen decenas de leyendas acerca de este personaje en todo el País Vasco. Se trata de un carbonero mitológico representado como un hombre grueso, manchado de carbón y de buen comer.
En el País Vasco existía una tradición muy extendida por la cual durante los días cercanos al solsticio de invierno se conmemoraba la necesaria renovación de la naturaleza y del hombre. Así, se creía que a la muerte le seguía la vida. Es precisamente esta idea de renovación y revitalización la que simbolizaba la figura del Olentzero. De ahí su aspecto desharrapado y viejo, porque en el fondo representa que el tiempo pasado que está a punto de morir. Algunos estudiosos del tema afirman que su nombre viene de “Oles-aro” (tiempo de gracia). Se cree que es así como los vascos antiguos llamaban a la época del solsticio de invierno que el cristianismo tomó después para celebrar la Navidad. Con la llegada del cristianismo, el Olentzero dejó su papel anunciador de la naturaleza para convertirse en el portador de un mensaje con profundo calado cristiano: el nacimiento de Jesus.
Sea cual sea su origen, en el siglo XX se han ido incorporando elementos de las tradiciones de Papa Noel o de los Reyes Magos y del niño Jesús, convirtiéndose en una figura que trae regalos a los niños del País Vasco la fría noche del 24 de Diciembre.
Pero no es el único que ha tenido mucho trabajo estos días pasados!
Sólo en Europa, existen multitud de figuras como por ejemplo: el niño Jesús en el sur de Alemania, Suiza, Austria, Hungría y la antigua Checoslovaquia o el gnomo de la Navidad en Noruega y Suecia. Además, el propio Santa Claus adquiere diferente nombre dependiendo del país, como por ejemplo Sinterklaas en Holanda, Babbo Natale en Italia, Father Christmas en UK, Julemanden en Dinamarca, Papai Noel en Brasil, etc.
Independientemente del nombre o el aspecto que adquiera, lo que es seguro es que un año más ha conseguido ilusionar a niños y mayores en muchos rincones del mundo por igual.